AUTORES
Domingo Villar | España
Domingo Villar Vázquez nació en Vigo el 6 de marzo de 1971.
Es un escritor español de novela negra que escribe en lengua gallega.
Su obra recoge las siguientes obras:
- Con Ojos de agua, su primera novela publicada en 2006. Villar presenta al inspector Leo Caldas, un personaje solitario, tímido, que goza paseando de noche por las calles de Vigo. Fumador y amante del vino blanco, le gusta contemplar el mar y escuchar música en algún club de jazz. Colabora, con no mucho entusiasmo, en un programa de radio. Su ayudante es Rafael Estévez, un zaragozano que tiene dificultades para relacionarse con los gallegos y su ironía. Esta extraña y singular pareja se encarga de investigar el crimen de un joven saxofonista que los condujera a las noches de las tabernas y los clubes de jazz.
- La playa de los ahogados, publicada en 2009, es su segunda novela y también la segunda aparición de Leo Caldas y su ayudante Rafael Estévez. La trama comienza con la aparición en la playa de Panjón de un marinero muerto con las manos atadas. El día a día de un pueblo marinero y turístico, los miedos escondidas y las mentiras del pasado son el escenario por donde pasea un Leo Caldas que no sabe hacia dónde dirigir su vida personal.
- El último barco. En esta novela la hija del doctor Andrade vive en una casa pintada de azul, en un lugar donde las playas de olas mansas contrastan con el bullicio de la otra orilla. Allí las mariscadoras rastrillan la arena, los marineros lanzan sus aparejos al agua y quienes van a trabajar a la ciudad esperan en el muelle la llegada del barco que cruza cada media hora la ría de Vigo.
Una mañana de otoño, mientras la costa gallega se recupera de los estragos de un temporal, el inspector Caldas recibe la visita de un hombre alarmado por la ausencia de su hija, que no se presentó a una comida familiar el fin de semana ni acudió el lunes a impartir su clase de cerámica en la Escuela de Artes y Oficios.
Y aunque nada parezca haber alterado la casa ni la vida de Mónica Andrade, Leo Caldas pronto comprobará que, en la vida como en el mar, la más apacible de las superficies puede ocultar un fondo oscuro de devastadoras corrientes.