Como Johann Cruyff
Pablo Batalla Cueto
2022-07-17
Lo verían por el festival, afanado en saltar de una carpa a otra con su cámara en la mano, siempre con la lengua fuera, porque verdaderamente hace falta correr mucho y cierto don de la ubicuidad para abarcar el mareante programa completo de este festival, que como saben crece cada año. Nadie más lo hace en la Semana Negra. Todos los demás picoteamos lo que nos interesa o lo que tenemos la tarea de cubrir; Emilio Carrasco tiene, en cambio, como misión tomar fotos de todas y cada una de las actividades de las tres carpas de la SN; fotos que luego se publican en las redes sociales y en este mismo periódico. Y, como ustedes mismos habrán ido comprobando, lo hace estupendamente este estajanovista del obturador que, por lo demás, no solo acredita el mérito de la cantidad, sino también el de la calidad, con una enorme intuición para convertir la escueta idea para la portada que se le traslada en una foto original, divertida, mejor que la que uno se ha compuesto en la cabeza inicialmente.
En general, tiene uno un equipo que lo hace todo muy fácil; auténticos profesionales cuyo director, este que les escribe, apenas si tiene algo que dirigirles, y se siente un poco como el Johann Cruyff que decía simplemente a sus jugadores: «Salid y disfrutad». Qué gozada cuando las cosas funcionan prácticamente solas, impulsadas por la espontaneidad de la brillantez. Qué decir del gran Jesús Palacios y la no menos grande Rakel S. H., atentísimos amanuenses de todo lo que sucedió en el Espacio A Quemarropa, faena digna de una paciencia que deje en irrisoria la del santo Job. O de Óscar, infalible informático, que diseñó esta página para que se pareciese como una gota de agua a otra al viejo A Quemarropa en papel, y ha estado desde entonces presto a resolver con diligencia cualquier duda, cualquier problema, con ese espíritu optimista contagioso que le caracteriza. O de Teobaldo Antuña, buscador incansable de las innumerables caras B de este festival, y el resto de nuestros estupendos columnistas. Creo que puedo decir, con orgullo y satisfacción y sin adjudicarme más que una pequeñísima parte del mérito, que soy el director de un buen periódico.
Esto es A Quemarropa, y sigue.