Críticos

Pablo Batalla Cueto
2021-07-17
Una vez una persona sabia me dijo que existen dos tipos de críticos literarios, de los que me puso sendos ejemplos paradigmáticos asturianos de los que, por supuesto, no diré el nombre. El crítico A es vanidoso, pagado de sí mismo, y cuando alaba una obra, la alaba con un tono como de derramar desde las alturas de su intelecto su gracia divina sobre un pobre mortal al que concede el inmenso gozo de su parabién. El crítico B es humilde, modesto, y, cuando alaba una obra, la alaba, no desde las alturas, sino ubicándose él abajo, y señalándola a ella como alta.
En otra ocasión otra persona sabia me dijo, también ella, que existen dos tipos de críticos literarios, de los que me puso, también, sendos ejemplos asturianos. El crítico A concede, de partida, el diez a la novela que va a leer, y, si va encontrando fallas, va reduciendo la nota. El crítico B parte, en cambio, el cero, y si va encontrando cosas dignas de elogio, va incrementando el guarismo.
¿Por qué les cuento esto? Pues no sé. Se me van acabando las ideas para llenar estas cuartillas digitales. Mi idea inicial era escribir algo sobre lo poco que me gusta ser jurado de un premio. No tengo alma de juez, ni de crítico. Nunca he sabido escribir reseñas propiamente dichas. Sé escribir resúmenes y es lo que hago en realidad cuando me piden una reseña. Pero no sé decir qué bien esto, qué mal aquello, esto otro regulinchi, aquí se nota la influencia de Faulkner o de Kundera. Los libros me gustan o no me gustan y eso es todo lo que sé decir. Me pasa como con el vino: distingo el rico del peleón, y ya. Si me apuran, distingo una tercera opción: meh. Pero también pienso: ¿para qué distinguir más?
Yo, además, he escrito dos libros, y con ellos me pasa una cosa que decía en Twitter el otro día no recuerdo quién: lo paso muy mal cuando sé que los está leyendo una persona inteligente. Y cuando soy jurado, pienso en los nervios de los nominados, y en el ilusionado «¿seré yo?» del que ya sé que no lo será, y me da pena.
En fin, que no me gusta ser jurado.