De Canillejas a Marruecos, pasando por Los Monegros
2023-07-11
Una visita guiada a la exposición El chalet, con Marcial Guillén, y una mesa redonda sobre nuevas propuestas de la novela negra española, con Mónica Rouanet, Pilar Ruiz, Youssef El Maimouni y Nuria M. Deaño, conducidas por Ana Ballabriga, abrieron ayer la programación de la tarde en la Carpa del Encuentro, antes de dar paso a una sucesión de presentaciones de libros. La primera, la de Narcopiso, de Paco Gómez Escribano, a quien acompañó Luis Artigue. Una novela protagonizada por El Pirri, El Perla, El Araña, El Tijeras, la pitonisa Carmen y otros personajes barriales, en la línea de la obra de este autor madrileño que ha querido centrarse aquí en la cuestión de los narcopisos. Gómez Escribano, como siempre, no habla «de forma explícita de política» en esta novela que, sin embargo, como todas las suyas, es «muy política de forma implícita», en el sentido de que muestra «una realidad que no debería existir». El autor pone en escena, dijo, a «unos personajes de mi barrio que son expolitoxicómanos hijos de inmigrantes que en su día llegaron al barrio porque en sus pueblos no tenían nada, como mis padres»; un barrio en el que «hicieron antes los pisos que las alcantarillas y las carreteras porque les hacían falta para meterlos en las fábricas a deslomarse, y luego el sistema lo que hizo en agradecimiento fue entregarles a sus hijos en ataúdes porque morían de sobredosis de heroína adulterada».
Escribano cedió el turno a Ana Ballabriga y David Zaplana, que, acompañados nuevamente por Luis Artigue, presentaron su La ley del hambre. Así comienza su sinopsis: «En una noche de tormenta, el cabo Caín Álvarez, de la Guardia Civil, acude con la patrulla a la llamada de los vecinos de Candasnos, un pequeño pueblo de los Monegros, que escuchan gruñidos aterradores en la balsa. Al llegar, un animal monstruoso les ataca y huye, dejando en el agua un brazo amputado. Caín pronto descubrirá que esta víctima no es la primera ni será la última»… Se trata de una novela, explicó Zaplana, escrita con la pretensión de un «ritmo trepidante», de unos «efectos especiales» que hagan del libro uno de esos en los que no se puede llegar al final de un capítulo sin lanzarse a comenzar el siguiente, atrapado por el suspense. Pero también de un novela reflexiva, con un gran tema de fondo: la lucha de clases.
A las 20:00 pasó a presentarse Nadie salva las rosas, de Youssef El Maimoni, a quien acompañó Marta Robles. Una novela sobre una joven trans y marroquí torturada hasta la muerte por sus secuestradores a las afueras de Barcelona. Una novela sobre el dolor y la marginación, que hace parte de una futura trilogía de la discriminación que el autor pretende escribir, pero escribirla sin «caer en victimismos o tópicos o cosas ya dichas». A El Maimoni le interesa, explicó «hablar del origen, de por qué estas personas deciden emigrar. No podemos hablar solo de todas las injusticias que viven aquí», reivindicó, sino también «ponerlas en el punto de partida», en este caso un Marruecos «donde todos los derechos LGTBI no es que no sean reconocidos, sino que están penados con la cárcel».
La última de las novelas presentadas ayer en la Carpa del Encuentro, antes de dar paso a una mesa redonda que glosamos en otro artículo, y más tarde al tradicional encuentro de fotoperiodismo, y después a la proyección de la película Sofía volverá, de Joaquín Lisón, fue La ley del padre, de Carlos Augusto Casas, a quien volvió a acompañar Luis Artigue. En este caso, una novela negra sobre élites, sobre grandes fortunas, sobre el poder, sobre un mundo en el que todos tenemos un precio siempre que haya alguien dispuesto a pagarlo, protagonizada por una familia con mucho dinero y muy pocos escrúpulos, dueños de un enorme imperio mediático donde todo parece bajo control hasta que alguien intenta envenenar al patriarca. Se trata —razonó su autor— de una novela sobre el poder y sobre cómo el poder nos transforma: «En el fondo, los Gómez-Arjona no son tan distintos de nosotros; yo creo que todos tenemos ejemplos de gente que eran compañeros nuestros y de repente han tenido un cargo y ese cargo los transforma; son personas totalmente distintas en cuanto les pones unos galones».
Todavía habría tres actividades más en la Carpa del Encuentro: la mesa redonda sobre protagonistas policías, detectives o criminales de novelas negras; un encuentro de fotoperiodismo y, finalmente, la proyección de la película Sofía volverá, de Joaquín Lisón, como parte de la serie «Cine en Semana Negra».