El Absurdo
Pablo Batalla Cueto
2023-07-11
Me contaron el otro día, me lo contó un amigo de visita en la SN, una de esas cosas que resume un poco la era. En un determinado pub, han decidido prescindir del DJ. Se teledirige la cosa: el dueño, en su casa, arma una playlist que se reproduce a distancia, y si uno quiere una determinada canción, se lo puede escribir por WhatsApp. Nuestro querido y admirado fustigador de la Civilización de la Máquina, Michel Suárez, que también estaba presente escuchando la historia, no daba crédito. Que se pare el mundo que yo me bajo, y tal.
Es un mundo raro, este. Nos hemos acostumbrado a que lo sea, porque a todo se acostumbra uno, como la célebre rana al calor incrementado poquito a poquito, en el que acaba hirviendo sin darse cuenta. Pero si uno toma una cierta distancia, relumbra de pronto, como para el filósofo existencialista, el gran Absurdo en el que vivimos. Y el Mal. Lo explica muy bien la filósofa Ana Carrasco-Conde: el Mal no es lo subterráneo que de pronto, por alguna catástrofe, emerge a la superficie, sino lo que tenemos a la vista a todas horas, pero en lo que no reparamos, hasta que un día reparamos. Igual que hay las gafas moradas del feminismo, hay las gafas, no sé qué color atribuirles, del absurdo; del darse cuenta de que lo habitamos. El absurdo es esa playlist a distancia, esa despersonalización y robotización de las cosas; es también el contraste entre la etérea metáfora de la nube, que nos hace pensar en limpias ondas que vuelan por el cielo, y la abrupta realidad material de esos servidores gigantescos que posibilitan la nube, y que contaminan lo que no está en las Escrituras, y contribuyen, por tanto, al cambio climático que nos aboca al desastre. El absurdo es un despeñamiento civilizatorio. Notarlo, sentir la aceleración.
Hay que pensar en él, debatir sobre él, escribir sobre él, sobre cómo resolverlo. Ensayos, novelas, tebeos, películas: todo vale, todo es un posible soporte para esas reflexiones, un portagafas posible de esas gafas que decía antes. En este festival, ya lo saben, tienen donde escoger. Son más de 240 autores los invitados de este año. Y todos, a su manera, están pensando, reflexionando sobre el Absurdo.