Esta web utiliza cookies propias y de terceros para una mejor experiencia de usuario.

Al acceder acepta nuestro ACUERDO LEGAL y POLITICA DE COOKIES.
Si ha accedido por error y quiere salir de forma segura haga click aquí.

XXXVI EDICIÓN
07 AL 16 DE JULIO DEL 2023

Logo
  • INICIO
  • AUTORES
  • VIDEOS
  • A QUEMARROPA
  • GALARDONES
  • EDICIONES

Síguenos:

Guía del autoestopista victoriano

José Carlos Somoza
2022-07-12

Nueve escritores invitados a la SN hablan de la escritura de sus libros; de la chispa que la motivó, las procelosidades de su proceso de documentación o las dificultades y obstáculos encontrados durante la redacción y cómo se resolvieron, con vistas a aconsejar y ayudar a escritores noveles o que aspiran a serlo. Hoy es el turno de José Carlos Somoza, autor de El signo de los diez.

Yo concibo mis novelas como un viaje, y siempre escribo una especie de guía de viaje preliminar de lo que pienso hacer.

Para mi viaje a Portsmouth, 1882, en Estudio en negro, ya tenía el pasaje comprado. Me informé sobre esa ciudad costera de la siempre incansable Inglaterra victoriana, y elegí ese año por una sencilla razón: en 1882, un joven doctor en medicina de Edimburgo con ambiciones de escritor había instalado su consulta privada allí, concretamente en la zona noble de Southsea, donde dan las playas y los espigones llenos de turistas. El tal doctor era Arthur Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes.

Se ha escrito mucho sobre este inmortal personaje y yo quería contribuir con algo, pero no deseaba crear un Holmes impostado e importado, un nuevo Holmes de Somoza hecho ya por Conan Doyle. De modo que imaginé que Doyle, en su calidad de médico, pudo conocer en Portsmouth a un paciente que le inspiraría la creación de su personaje. Pero ¿qué paciente podía ser este? Y enseguida surgió la respuesta: tendría que ser un negativo de la foto de Sherlock Holmes. Lo hice bajito, cabezón, con ojos de dos colores y completamente loco, ingresado de por vida en clínicas mentales para ricos. A diferencia de Holmes, mi personaje —que, por no tener, no tendría ni nombre— se basaría en la intuición, los sueños, las coincidencias y las corazonadas para hallar la siempre escurridiza verdad. Me pareció bien, pero necesitaba algo más para completar mi equipaje y viajar hacia mi novela.

Necesitaba un Watson, claro. Un personaje en la sombra, narrador de las aventuras del señor X —así lo llamé— que fuese cómplice con el lector. Pero ¿quién?

La opción más normal era un médico. El propio Doyle, ¿serviría? No, porque eso sería introducir su voz en una obra que debía mantenerlo como un personaje más. ¿Quizá otro médico? ¡Pues claro! Y así creé al doctor Barlow. Le puse barbita blanca, un carácter bonachón, y ya estaba todo. Llegó el día de mi viaje hacia Portsmouth…, y para mi frustración descubrí que el coche que debía llevarme —el coche del doctor Barlow, mi narrador, mi Watson— no aparecía. No veía a Barlow por ninguna parte.

Es triste cuando eso ocurre. Esperé sin esperanza, concediéndome cierto tiempo para ver si aparecía, pero en vano. Barlow se me antojaba soso, sin personalidad, sin watsonería. Así las cosas, decidí postergar el viaje. Pero —y esta es una lección que un escritor novel debe aprender— no regresé: seguí en aquel punto de mi carretera, esperando a ese personaje que debía aparecer alguna vez. Y un buen día apareció una enfermera. ¿Por qué no? Era más lógico que a mi señor X lo cuidase una enfermera que un médico. Se detuvo ante mí cuando yo hacía autostop, me recogió y me contó su historia: se llamaba Anne McCarey y hablaba con tal nitidez en mi cabeza que el viaje hacia mi novela transcurrió casi sin darme cuenta, y me puse a redactarla de inmediato. Además, decidí escribir una trilogía: un libro solo era poco para Anne. Y así he publicado ahora El signo de los diez. Y aún sigo viajando con Anne McCarey. Me espera todos los días en el mismo lugar, yo agito el pulgar y ella me lleva. De dónde ha surgido no se lo he preguntado, ella tampoco me pregunta de dónde vengo.

Pero ambos tenemos muy claro hacia dónde nos dirigimos juntos.

PORTADA

Contacto:

Oficinas:
Calle Álvaro de Albornoz, 12, Bajo
33207 Gijón - Asturias (ES)
+34 985 160 934

  • AVISO LEGAL
  • PORTAL DE TRANSPARENCIA
  • DIRECTORIO