Hoy no
Verónica García-Peña
2023-07-15
¿Qué le decimos a la muerte? Hoy no.
¿Qué le decimos a la oscuridad, la ignorancia y al abuso? Hoy no.
Hoy no, porque mientras existan libros a nuestro alrededor, semanas negras, fiestas de la cultura, historias que contar, vidas que plasmar en un papel, habrá esperanza y la esperanza es ese excepcional sentir que mueve el mundo y lo convierte de verdad en libre. Libertad. Esa palabra tan malograda que parece que ha perdido su auténtico significado. Esperanza que hace que cada día miles de personas se levanten y luchen. ¿Por qué? Cada una tiene sus motivos. Cada una tiene sus sueños y anhelos. Cada una tiene, también, sus pesadillas. Pero sueños y pesadillas, al final, son parte de una misma realidad.
Hoy no porque creemos, yo al menos creo con todas mis fuerzas, en el papel curativo de una buena historia bien contada. En esa especie de energía regalada e imaginación compartida. Risas y llantos que nacen de las palabras. Palabras que son dardos sobre la cerrazón de la incultura. Palabras que ayudan a caminar. Palabras que no podemos dejar que se apaguen.
Hoy no porque las voces que describen cómo y por qué decidieron ser cuentistas, creadores de historias, autores, inventores de mundos ajenos, siguen alzándose en carpas bajo el sol o la lluvia. Sus experiencias no descansan y uno tras otro toman la palabra, de nuevo la palabra, para contar. Qué importante es contar. Qué importante es recordar. Los libros, también, por supuesto, sirven para eso. Para recordar.
Hoy no porque cientos de jóvenes se pasean entre novelas, relatos, comics…. Al principio sin interés, van a otras cosas, han quedado, tienen prisa, pero un día —es un pestañeo, una casualidad—, se detienen frente a una caseta repleta de historias. Diferentes historias. Amor, investigaciones, terror, realidad pura, misterio, intriga. Sus manos se mueven. Tocan las portadas. Acarician sus títulos. Miran las fotos de quienes las escribieron. Leen sus biografías. ¿Quiénes son estos que quieren compartir su fantasía conmigo? ¿Quiénes son los que quieren ocupar mi tiempo? Posan una obra y cogen otra; y otra; y otra más en un especial baile que solo los que saben observar detectan, hasta que, al final, eureka, sí, deciden llevarse esa. Sí, esa por la que decimos hoy no.
Hoy no ante los que quieren apagar las voces y las palabras que forman mentes críticas y razones fuertes. Leer tiene esa cualidad. Leer crea personas más justas, más buenas, mejores. Una virtud que no puede ser apartada por aquellos cuyos únicos objetivos son el control, la sumisión, matar el pensamiento. Que quieren que la muerte se acerque para llevarse consigo la inteligencia. Por eso, desde aquí, desde este artículo, ¿qué le digo a la muerte? Hoy no.