Informe n.º 3
Informes para la Instauración y Buena Observancia de la Nueva Normalidad

Jesús Palacios
2021-07-11
Informador: Agente Rudolf Lavrentius Montag n.º 451/1984//AF632///003
Recopilados por Jesús Palacios. Secretario Oficina de Instauración n.º 1990/21//G11811
Reporte n.º 2 SN/NN0/ANN2021/07/02
Agente Montag reportando.
¡Efectivamente! Tal y como sospechábamos, es muy posible que la Semana Negra de Gijón sea uno de los nidos de actividad subversiva y contra-evolucionaria más peligrosos del territorio plurinacional. Pese a sus apariencias de modernidad y a la participación de algunos elementos pertenecientes a las generaciones mileniales, los más fieles y voluntariosos sostenedores de la NN en términos generales, ayer mismo pude comprobar que se trata de un reducto de sospechosos habituales, que acoge con los brazos abiertos a sujetos con un pasado más que turbio, ejemplo de conductas retrógradas y actividades ficcionales de claro sesgo reaccionario, que suponen un tácito y mal disimulado desafío a las directrices actuales de nuestra más que benigna Normalidad Renovada.
Si en mi primer informe (vide Agente Montag, Reporte n.º 1 SN/NN0/ANN2021/07/) explicaba, creo que con prístina claridad conceptual, la problemática que representa el género negro de cara a llevar de forma ordenada y tranquila nuestro rebaño a los verdes pastos virtuales de la NN, consiguiendo que la transición sea lo más indolora posible, ayer me encontré con que a lo largo de la tarde se pudo ver y, peor aún, escuchar a algunos de los más veteranos autores españoles de novela negra, de edades casi me atrevería a decir que provectas (sin ánimo de ofensa para nuestras personas mayores, pilar de la NN, a quienes la Diosa bendiga con muchos años más de trabajo útil), ejemplo de las peores características de este tipo de literatura. En efecto, ayer, se reunieron y difundieron públicamente sus ideas y opiniones Andreu Martín y José Luis Muñoz, acompañados ni más ni menos que de Paco Ignacio Taibo II (a quien creíamos definitivamente controlado en el exilio, pero no…). Incluso pudimos ver también por el recinto al no menos veterano Juan Madrid. Para quien lo ignore, aunque actuaron en compañía de colegas de generaciones posteriores, siempre respetando la justa y necesaria paridad, se trata de un elenco presente también hace más de treinta años en la primera edición de la Semana Negra, que no había vuelto a coincidir en pleno, todos y a la vez, desde hace bastante tiempo (al menos es lo que he conseguido sonsacar a mis informadores). Todo lo cual hace sospechar que estos autores, culpables de incontables obras del género negro que ejemplifican la mala praxis y peores intenciones que mostraba este en las últimas décadas del nefasto siglo XX, están preparando algún tipo de resistencia organizada para hacer frente a nuestras medidas de profilaxis y reeducación del gusto lector.
Si el presente informe puede parecer alarmista, les ruego reconsideren las carreras de estos individuos y sus características principales: a) Todos han escrito novelas de menos de trescientas páginas; b) En sus obras han expresado manifiesta admiración por modelos narrativos estadounidenses populares; c) Sus protagonistas habituales han sido siempre o casi siempre héroes masculinos cisheterosexuales, con opiniones y comportamientos inexcusables (es cierto que a veces han introducido protagonistas femeninas, pero rara vez suficientemente empoderadas); d) Aunque siempre han expresado una mayor o menor dosis de compromiso social, en muchas de sus novelas hay asesinatos y misterios bien construidos e intrigas policíacas consistentes; e) Tanto sus héroes como otros muchos de sus personajes fuman y consumen alcohol (cuando no refrescos de cola), sin que se haga patente el perjuicio que esto les causa; y f) La mayoría de sus obras, consideradas clásicas en ciertos círculos jurásicos, son pesimistas, sórdidas y tristes pero también divertidas, entretenidas y emocionantes. Como si esto no fuera suficiente, casi todos han colaborado en medios como el cine, el cómic, la radio o la televisión y algunos han publicado libros para niños y jóvenes (generaciones enteras han sido malogradas por el Flanagan de Andreu Martín). Por supuesto, Paco Taibo II es fundador y espíritu tutelar de la Semana Negra, y tanto él como José Luis Muñoz han dirigido y dirigen publicaciones, colecciones y premios de novela negra cuya malsana influencia es incalculable (¡cuántas mentes destruidas por Etiqueta Negra!).
En definitiva, recomiendo que se vigile atentamente a estos individuos y a sus círculos más íntimos (la mayoría son fáciles de reconocer: nacidos en torno a 1950, fumadores, con bigote, frentes amplias, canosos, a veces con gafas y olor a tabaco negro, brandy, refrescos azucarados, café solo o sol y sombra, leen siempre en papel (antihigiénico) y practican algún tipo de nostálgico marxismo arcaico y pre-estructuralista, peligrosamente libertario. Que sus novelas, en especial las protagonizadas por perdedores como Héctor Belascoarán Shayne o tipos violentos como Toni Romano (¡un exboxeador!), se reediten a precios elevados, se agoten, se salden en rincones oscuros y se destruyan en los almacenes editoriales (todo ello, a la vez y al tiempo, si es posible, que lo es). Con un poco de paciencia conseguiremos que los lectores de novela negra de la NN los releguen al olvido junto a Jaume Fuster, Manuel de Pedrolo, Jorge Martínez Reverte, Francisco González Ledesma, Carlos Pérez Merinero, etcétera. O bien, que se ponga todo el empeño posible en desvincular su obra y figura del género negro-policial, como se ha hecho ya obteniendo notable éxito con Manuel Vázquez Montalbán (de no ser por algún que otro maldito tebeo…). Fin del reporte.