La aventura de escribir y el camino de las luciérnagas

Mónica Rouanet
2023-07-08
Escritores invitados a la SN hablan de la escritura de sus libros; de la chispa que la motivó, las procelosidades de su proceso de documentación o las dificultades y obstáculos encontrados durante la redacción y cómo se resolvieron, con vistas a aconsejar y ayudar a escritores noveles o que aspiran a serlo. Hoy, El camino de las luciérnagas, de Mónica Rouanet.
Parece algo muy sencillo, muy de cajón y muy de película americana, pero funciona. Me lo recordó hace poco la escritora Inma Chacón en una presentación literaria y me di cuenta de que eso mismo es lo que utilizo yo en el proceso de escritura de todas mis historias, incluida esta, El camino de las luciérnagas, mi primera y, casualmente, también última novela.
Me refiero al paradigma de Laswell, el de las 5W (en inglés), establecido en un principio por Aristóteles en su obra Ética a Nicómaco.
El camino de las luciérnagas fue la primera novela larga que escribí y ha sido la última en publicarse (Roca Editorial). En esta historia, todo comenzó con un nombre, el de mi protagonista: Atanasio Cuervo Feliz (Who = quién) y con un camino repleto de luciérnagas (When = dónde).
Ya tenía algo de lo que tirar.
Siempre he pensado que el who = quién es una de las W más importante de una novela. En realidad, yo leo para conocer gente. Una historia me atrae si me interesa lo que le ocurre a los personajes. El protagonista de El camino de las luciérnagas surgió de una conversación con mi padre en la que me contaba cosas de un conocido suyo llamado Atanasio Cuervo. Mientras mi padre hablaba, yo no podía dejar de imaginar cómo habría sido la vida de alguien con ese nombre. Fantaseé con cómo sería acunar a un bebé llamado Atanasio, cómo se sentiría un adolescente con ese nombre y apellido cuando pasaran lista en el colegio, y cómo todo eso podría repercutir en su personalidad. Y de ahí salió ese who/quién del que habla Laswell. Por supuesto, a ese quién se unieron otros quiénes. Soy de la opinión de que todos los quiénes que aparecen en una novela deben tener un pasado que, por algún detalle, los lectores puedan crear en su cabeza. Todo esto ayuda a empatizar y a adentrarse en cualquier trama.
El where = dónde original fue un camino invadido por lucecitas brillantes situado en un pueblo cántabro que trasladé sin pudo al jardín privado de un colegio de curas del barrio de Chamberí, en Madrid. Sí, ese colegio donde, cada día, pasaban lista y, al llegar al número 5, hacían retumbar contra las paredes el nombre de nuestro protagonista: ATANASIO CUERVO FELIZ (el «Feliz» es cosa mía). Es importante encontrar un buen dónde porque va a influir en el comportamiento de los personajes y, por ende, en los giros que pueda tomar la historia.
Junto al where siempre se sitúa el when = cuándo porque juntos crean la ambientación. No es lo mismo, por ejemplo, Gijón en invierno que en verano, ni el Gijón de ahora es el mismo que el Gijón de la pandemia (como todas, ciudad fantasma en aquellos días). Los mismos personajes actuarán de manesa diferente según la ambientación. Te prometo que yo no soy la misma un lunes por la mañana, camino al trabajo, que un viernes por la tarde, cuando vuelvo a casa. El cuándo de El camino de las luciérnagas es el Madrid de mediados de los ochenta. ¿Puedes empezar a imaginar qué le sucede a un chaval con ese nombre, en un colegio de curas del barrio de Chamberí en el Madrid de los años ochenta?
Llegamos con eso a la siguiente W, al what = qué. ¿Qué le ocurre al personaje o personajes? Soy de la opinión de que para que ese qué resulte verosímil e interesante, debe estar muy ligado a los otros paradigmas. Este qué es eso de lo que hablábamos antes: si no consigo que me importen mínimamente los personajes, me dará igual lo que pueda pasarles (y dejaré de leer). El qué se sustenta por tanto en el quién, en el dónde y en el cuándo. En El camino de las luciérnagas, el qué es un oscuro y terrible secreto sucedido en ese dónde (colegio de curas) y en ese cuándo (años ochenta) que, Atanasio, el quien, se ve obligado a ocultar hasta llegar a la edad adulta.
Aquí nos encontramos con el why = por qué, que es lo que justifica toda tu historia. Te aseguro que si las otras W están bien definidas, esta sale por sí sola. El por qué es eso que no se puede contar porque destripamos la novela, el famoso spoiler.
El how = cómo, que, a pesar de ser, en mi opinión, el más importante de todos los paradigmas, se añadió algo más tarde. El cómo escribas tu historia va a repercutir en todo lo demás. Puedes tener buenos personajes, buena ambientación, buena trama y buena justificación, pero si no consigues trasmitirla de forma atrayente, no tienes nada.
Un consejo que tomo prestado de Tom Spanbauer: No me lo cuentes, muéstramelo.