La paciencia de la librera de barrio
La penúltima de Teobaldo

Teobaldo Antuña
2021-07-12
Cuando la conocí se lamentaba de una clienta que se pasaba la mañana de conversación, sin dejarla trabajar. Como ahora no pueden pasar la mañana en el Centro de Salud… La librería de barrio como mentidero, que las peluquerías tampoco están para acogernos en tiempos de pandemia.
Lara Pascual cumplirá en Acuarel (La Calzada) veinticinco años en 2022. Nieta e hija de mineros de La Camocha, buscó otras rutas. «Yo le tenía cariño al local, donde había trabajado mi padre; como hice marroquinería y encuadernación propuse a mi hermana llevar esa parte y que ella se encargara de los libros. ¡Ahora ya no se encuaderna!».
Hablamos de libros de viejo. «Restaurar no es reparar». ¿Anécdotas cotidianas en el negocio? «¡Un libro, escribiría! Sobre todo, de la picaresca torpe, como la que me viene a devolver un tomo porque era para regalar y la otra ya lo tenía; pero en realidad me trae el más viejo, con dedicatoria y todo. Eso sí, envuelto en mi papel de regalo, que yo hago unas bolsas bien curiosas».
«Los libros de texto son los que dan más guerra, como la que me trae uno que no me había comprado a mí, y yo lo sabía, que las conozco. A base de pedirle datos para comprobar en el ordenador, me reconoce que lo había adquirido en Alcampo, pero no encontraba el recibo y no se lo admitìan en devolución. ¡Y aún me dice que como es clienta mía…!».
Ser cliente exige buen trato recíproco; necesitamos las librerías de barrio, tenemos que cuidarlas como ellas se preocupan de nosotros.
Como experta encuadernadora lamenta que ya no exista A Quemarropa en papel, un material de primera calidad, tanto que recogía cuantos podía y los reciclaba, «una Navidad hice unas bolsas para envolver regalos, con sus lazos y sus bolas y todo, ¡tan guapas!».
«Más de una ocasión me han venido a devolver libros de texto con el nombre del alumno escrito, o, peor, tapado con típex. O con los ejercicios hechos… Pero bueno, no todo es pérdida, en una ocasión el libro que me tuve que tragar traía un billete dentro».