No lo dejes en manos de la suerte
La penúltima de Teobaldo

Teobaldo Antuña
2023-07-16
Hay desde luego varias tómbolas, como cualquier ferial que se precie; en Los Ángeles avisan de sorteos especiales, prometen un patinete eléctrico o una mini moto o un IPhone 14. Los adolescentes se gastan sus ahorros perforando cartones en la confianza de su buena estrella.
Debajo del dintel que pregona la Semana, en la transición de los libros a los caballitos, te espera un grupo de señoras que te da el romero de la suerte, y si te dejas te leen la buenaventura en la palma de la mano. A cambio de pronosticarte que tendrás pronto pareja, además de alegre y dilatada descendencia te piden una propinilla, a ser posible en papel, «para comer mis niños».
Tienen su público, y no me extraña, si hasta a la ministra de Hacienda le han leído las líneas de la mano. «¿La derecha o la izquierda?». Que las cosas no son igual según desde donde se mire, como sabe cualquier estudiante de física o sufrido obrero. Al final, salió la pregunta sobre el resultado de las elecciones; el quiromante, cual Tezanos, dudó y dijo: «Puede ganar».
Sucedió durante una entrevista esta semana en la tele local de Lebrija, que la publicita en sus redes. No me parece bien a mí eso de ver a doña María Jesús Montero jugando a brujería, lleva el asunto de las pelas y eso es muy serio, pero me han preocupado más las declaraciones: «Yo quiero que todo el mundo se vaya de vacaciones, porque es como un derecho que se pueda descansar de largas jornadas laborales».
Señora ministra: no deberían existir «largas jornadas laborales», y las vacaciones no son «un a modo de», sino un pleno derecho conseguido a base de esfuerzos de generaciones.
En una semana se juega en las urnas «la suerte suprema», como rezaba ayer la primera página de este nuestro negro diario. Detrás de la noticia que anunciaba el titular no estaba la diosa Fortuna, sino el duro trabajo ante el folio en blanco. Cuatro escritores y una escritora han recibido el preciado Rufo, que este año representa a Paco Taibo II; en otra página leerás las notas acerca de su merecido homenaje.
Mientras tanto nos ha batido el viento noroeste. Las borrascas entran siempre por Galicia; la siguiente tiene Alberto por nombre. Un señor nacido en Os Peares, en la confluencia Miño-Sil, curtido en una Xunta a veces pintoresca, como en el caso de aquel conseyeiro de Cultura que declaró: «Desde luego que voy a ver a nuestra gran cantante Carmina Burana». La anécdota me parecía broma, hasta que una redactora gallega me la certificó con pruebas irrefutables.
Los carmina en este caso son una colección de versos medievales a los que puso música Karl Orff. Has escuchado muchas veces en concierto o como música incidental de películas la espectacular entrada, O Fortuna Dice: O Fortuna, velut Luna, statu variabilis («¡Oh Fortuna, variable como la Luna! Oprimes o alivias a tu antojo»).
La Semana Negra trigésimo-sexta se despide. Todo el mundo está de acuerdo en lo que se puede calificar, siguiendo las costumbres del periodismo de antaño, como un gran éxito de crítica y público. En ello han colaborado algunos factores aleatorios (el comportamiento de los cielos, por ejemplo), pero no se han combatido con amuletos para tener de cara a la inconstante Fortuna, sino con hechos, como la carpona. Lo fundamental ha sido el trabajo de los meses anteriores.
Tampoco servirá la brujería para espantar los malos augurios electorales. Nada está escrito. En cualquier caso, en asuntos de agüeros suelo tener presente el pensamiento de mi filósofo particular, Xuanín el de Lada, que pontifica al respecto: «Yo nun soi supersticiosu. ¡Da mui mala suerte!».