En Gijón querrán quemar alguna editorial
La penúltima de Teobaldo

Teobaldo Antuña
2023-07-14
La idea partió del magnífico artículo de la compañera Arantza Margolles, «El mujeril flaco bullicio» (ver A Quemarropa núm. 1, 8 de julio). Había que constatar las diferencias entre la situación del siglo XVI y el XXI con respecto a las mujeres que se han «entremetido en arduas cosas».
Nos hemos reunidos con cuatro de ellas que cargan sobre sus espaldas el peso del trabajo editorial. En ese sentido estiman en mucho la continuidad de la Semana Negra, «una cita imprescindible para quienes participamos profesionalmente en el libro independiente y la gestión cultural»; valoran la innovación de cada edición, si bien «se echa en falta la edición de este diario en papel».
Nieves Penela, de Orpheus Ediciones Clandestinas, asegura tajantemente que su condición femenina le ha dado problemas, empezando por los propios autores. No ha existido tal dificultad para Merche Molina, de Versos y Trazos, ni la han encontrado Almudena y Rebeca Martínez-Cardoso, propietarias de Duermevela Ediciones, quizá por la temática de sus ediciones, si bien asienten ante la afirmación de que en bastantes librerías las obras firmadas por mujeres van a parar a los estantes de literatura juvenil. «Y, en definitiva, no es un problema de mujeres y hombres, sino de personas con mentalidad machista».
Orpheus tiene un catálogo de amplio espectro con más de sesenta autores en cartera que van desde un poeta de catorce años hasta veteranas como nuestra multiubicua Pilar Sánchez Vicente, pasando por gente nueva que va consolidando su carrera; cuatro puestos más allá de donde charlábamos, o sea en las Cuatro Letras de Rafa, firmaba su tercera novela Secundino Díaz, Idus de marzo. Es autor langreano y bastante futbolero; afincado en Cimavilla, opta porque su protagonista ande por los alrededores del Cerro mejor que por las calles de Manhattan.
Duermevela prefiere la literatura fantástica, que concede licencia para abordar temas de feminismo, género y diversidad sexual. Deciden sus autores con el filtro de su olfato personal, se esmeran en los textos y las ilustraciones; en la calidad de la edición, en definitiva.
Ese mismo esmero ponen en Versos y Trazos, que quiere conjugar la calidad del texto con diseños que capten la atención; su responsable considera que ha sido pionera en el uso del lenguaje inclusivo, «antes de que la expresión estuviera de moda. Toda nuestra orientación se enfoca hacia los libros como instrumento para educar en valores».
Educar en valores proclama una editora, otra se dice sindicalista, dos más hablan de feminismo, las cuatro de Igualdad, «pues luego dicen las lenguas maliciosas que es sacar las puertas de su quicio» (muchas gracias, Arantza). Pregunto si con estos vientos retrógrados que soplan desde Castilla no tendrán más dificultades. «En Gijón querrán quemar alguna editorial. Cita que lo dije yo». Es rotunda, Nieves Penela, curtida en la diaria pelea sindical, «¡pero no lo van a conseguir!». Así sea.